Se despeña autobús en la Cumbre de Alaska de Guatemala: 15 muertos

Un barranco de 75 metros acaba con la vida de más de una decena de pasajeros. 19 luchan por su vida

La noche del sábado se tiñó de luto en las carreteras de Guatemala. Lo que debía ser un viaje rutinario hacia el departamento de San Marcos terminó en una escena dantesca cuando un autobús de pasajeros se salió de la vía y se precipitó al vacío en la zona conocida como la Cumbre de Alaska, en Totonicapán. El balance es desgarrador: al menos 15 personas fallecidas y otras 19 que luchan por su vida en distintos centros hospitalarios.

El accidente ocurrió alrededor de las 20:30 horas, justo en el kilómetro 174 de la Ruta Interamericana. En ese punto, por razones que todavía están bajo la lupa de los peritos, el conductor perdió el control de la unidad, que terminó despeñándose por un barranco de aproximadamente 75 metros de profundidad. La caída libre convirtió el vehículo en un amasijo de hierro, dejando atrapados a decenas de hombres, mujeres y niños entre los restos.

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Una carrera contra el reloj en el abismo

La respuesta de los cuerpos de socorro fue inmediata, pero la geografía del lugar convirtió el auxilio en una tarea titánica. Más de diez compañías de Bomberos Voluntarios, apoyadas por brigadas de Bomberos Municipales Departamentales, se desplegaron en el sector. Con cuerdas, camillas y linternas, los rescatistas descendieron al fondo del precipicio para intentar recuperar a los sobrevivientes en medio de la oscuridad y el terreno inestable.

El movimiento de ambulancias fue incesante. Más de 20 unidades trabajaron en el traslado de los 19 heridos, quienes presentan cuadros de diversa gravedad, desde fracturas múltiples hasta traumas craneales. Los pacientes fueron repartidos entre los hospitales nacionales de Totonicapán y Quetzaltenango, donde el personal médico se vio obligado a activar protocolos de emergencia para atender la llegada masiva de víctimas.

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Un tramo peligroso y muchas dudas

La Cumbre de Alaska es tristemente célebre entre los conductores guatemaltecos. Se trata de un tramo de la Interamericana que, aunque vital para conectar el norte con el sur del continente, suele verse afectado por la neblina, el frío extremo y las pendientes pronunciadas. No obstante, las autoridades aún no han determinado si la causa del siniestro fue una falla mecánica, el exceso de velocidad o las condiciones climáticas del momento.

Mientras las familias de los fallecidos comienzan el amargo proceso de identificación en la morgue, la indignación por la seguridad en el transporte público vuelve a ponerse sobre la mesa. No es la primera vez que un autobús de este tipo protagoniza una tragedia de tal magnitud en la zona. Por ahora, el sector permanece bajo vigilancia mientras se extraen los restos del vehículo, en una jornada que ha dejado a Guatemala sumida en el dolor.