Milán redibuja el poder de la diáspora dominicana en Europa

El II Foro traza una hoja de ruta centrada en inversión y derechos consulares

Milán, Italia. — Dejó de ser una simple reunión de compatriotas para convertirse en una mesa de trabajo con peso político real. Milán acaba de ser el escenario donde la comunidad dominicana en el Viejo Continente decidió cambiar el guion: ya no se ve solo como remitente de remesas, sino como un bloque estratégico clave para el desarrollo de la República Dominicana y su relación con Europa.

El II Foro de la Diáspora Dominicana concluyó esta semana con una sensación palpable de "ahora sí". Durante tres días, el evento sacó las conversaciones de los pasillos y las puso frente a las autoridades, creando un puente directo entre las inquietudes de la gente y quienes toman las decisiones. No fue un monólogo institucional; fue un diálogo sobre cómo traducir la presencia dominicana en influencia y crecimiento económico.

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Liderazgo y nueva visión.

El tono del encuentro lo marcó la viceministra de Relaciones Exteriores para las Comunidades Dominicanas en el Exterior, Celinés Toribio. Su mensaje fue pragmático: la diáspora es un motor de inversión. Toribio insistió en dejar atrás la visión asistencialista para hablar de negocios, de articulación económica y de cómo los dominicanos en Italia pueden emprender con garantías.

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A su lado, el embajador Rafael A. Lantigua Ciriaco y representantes de la diplomacia italiana validaron esta postura, respaldados por entidades como la Fundación Princesas del Siglo XXI y el INFOTEP, instituciones que entienden que sin formación técnica, el progreso se queda en palabras.

Uno de los puntos altos —y más humanos— de la jornada fue el homenaje a Peggy Cabral. La exembajadora recibió un reconocimiento que se sintió genuino, no por protocolo, sino por su historial defendiendo a las mujeres migrantes. Su legado se recordó como una gestión de puertas abiertas y sensibilidad cultural, algo que la comunidad valora profundamente.

Emprendimiento y la "Carta de la Diáspora"

Más allá de los discursos, el foro aterrizó en lo práctico. Se habló, y mucho, de las trabas reales: burocracia, acceso a créditos y validación de títulos. Aquí jugó un papel crucial Daulisis Herrera, consultora empresarial que puso sobre la mesa las oportunidades concretas que existen si se logra conectar al sector privado con el talento criollo disperso por Europa. Su intervención aportó esa visión técnica necesaria para que los proyectos no se queden en el aire.

El resultado final de estas jornadas se plasmó en la "Carta de la Diáspora". No es un papel mojado; es un pliego de exigencias y propuestas claras validado por los asistentes. El documento pide modernizar —de verdad— los servicios consulares, agilizar la homologación de estudios y crear un organismo consultivo permanente.

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Como resumió Mirtha Mella, presidenta de CONFDOMINICANA y una de las voces más autorizadas del gremio en Italia: “El II Foro marca un antes y un después. Hoy avanzamos hacia una representación más articulada y con mayor capacidad de incidencia”.

Milán ha dejado claro que la diáspora dominicana ha madurado. Ya no pide permiso para participar en el desarrollo de su país; ha tomado su sitio en la mesa.