Condenan soldados rusos por crimen de estadounidense combatió a favor de Moscú

Cuatro militares purgarán cárcel tras admitir la tortura y asesinato del combatiente Russell Bentley.

En un giro inesperado dentro de los pasillos judiciales de la Donetsk ocupada, la justicia de las autoridades prorrusas ha dictado sentencia contra los suyos. Este lunes, cuatro militares rusos recibieron penas de prisión por la tortura y el asesinato de Russell Bentley, un ciudadano estadounidense que, paradójicamente, había dedicado los últimos diez años de su vida a defender la causa de Moscú en el Donbás.

Conocido por el alias de "Texas", Bentley era una figura peculiar en el frente: un veterano de Texas que se unió al batallón Vostok en 2014 y que terminó obteniendo la nacionalidad rusa poco antes de que estallara la invasión a gran escala en 2022. 

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Sin embargo, su lealtad no lo salvó de la brutalidad interna. Su rastro se perdió en abril de 2024, justo después de ser visto auxiliando a víctimas de un ataque ucraniano. Lo que siguió fue una investigación que destapó una trama de brutalidad militar injustificada.

El veredicto del juez fue contundente tras la admisión de culpabilidad de los acusados. Vitali Vansiatski y Andrea Iordanov cargarán con la pena más dura: doce años en una prisión de máxima seguridad. Por su parte, Vladislav Agaltsev fue condenado a once años, mientras que Vladimir Bashin recibió una pena menor de un año y medio. 

Además de la reclusión, tres de ellos han sido expulsados de forma deshonrosa del Ejército ruso, según recogen medios como The Moscow Times que reproduce Europa Press.

Durante el proceso, los cuatro militares expresaron arrepentimiento por lo sucedido, aunque el daño a la narrativa de "hermandad" en el frente ya es irreversible. El caso de Bentley no es solo una tragedia personal, sino un síntoma de las tensiones y el descontrol que a veces imperan en las unidades desplegadas en zonas de conflicto, donde incluso un aliado con ciudadanía rusa puede terminar siendo víctima de la paranoia o el sadismo de sus propios compañeros de armas.

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La condena en una región donde la disciplina suele ser elástica envía un mensaje de orden por parte de las autoridades de Donetsk. Bentley, que pasó de servir en las trincheras a convertirse en un comunicador de la propaganda prorrusa, ha terminado siendo el protagonista de un expediente judicial que evidencia que, en la guerra, el enemigo no siempre está al otro lado de la línea de fuego.