General retirado alerta que acuerdo RD–EEUU cercaría a Venezuela

Miguel Ángel Cordero ve a RD integrada en una estrategia regional

Santo Domingo. – El mayor general retirado Miguel Ángel Cordero lanzó una advertencia que busca poner el debate en perspectiva: el acuerdo que permite a Estados Unidos utilizar temporalmente la base aérea de San Isidro y el Aeropuerto Internacional Las Américas no es un hecho aislado ni meramente logístico. A su juicio, forma parte de una estrategia regional más amplia orientada a cercar política y militarmente al gobierno de Nicolás Maduro y a reducir la influencia del narcotráfico asociado a ese régimen.

El ALBA rechaza el cierre del espacio aéreo anunciado por Trump

Durante su participación en el programa Propuesta de la Noche, conducido por el periodista Manuel Jiménez en Teleimpacto, Cordero afirmó que República Dominicana ha sido integrada en una arquitectura de seguridad que trasciende la cooperación antidrogas. Explicó que el acuerdo se enmarca dentro de la operación “Lanza del Sur”, el despliegue estadounidense en el Caribe y el Pacífico que, aunque oficialmente apunta a desarticular redes de narcotráfico, cumple también funciones de presión geopolítica.

Según el oficial retirado, el país se convierte en una pieza clave dentro de una triangulación estratégica junto a Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Granada. Esa estructura, señaló, busca tanto interrumpir rutas ilícitas como reforzar el cerco sobre Venezuela ante un eventual colapso político o una reacción hostil de Caracas.

EE. UU. expulsa a funcionarios de la embajada haitiana: “demasiado grande”

Cordero insistió en que el uso de instalaciones militares y civiles dominicanas va más allá del abastecimiento de aeronaves o el traslado de personal. Forma parte —dijo— de un diseño hemisférico que opera bajo la lógica de la guerra híbrida, respaldado por la legislación estadounidense de seguridad nacional y por la designación del “Cártel de los Soles” como organización terrorista.

Aunque evitó calificar el acuerdo como una amenaza directa a la soberanía, el general subrayó que su alcance exige una lectura crítica. Advirtió que, bajo el lenguaje de colaboración, se habilita el territorio nacional como plataforma para operaciones de vigilancia, disuasión y eventual intervención indirecta. Subrayó además que cualquier país que se integre en una estructura militar liderada por una superpotencia debe evaluar los riesgos diplomáticos que ello implica.

CNM elige nuevos jueces del TSE y se prepara para la SCJ

El general también situó este despliegue dentro de un pulso global. Aseguró que la presencia estadounidense en el Caribe envía un mensaje a Rusia y China, aliados de Caracas, pero actualmente sin capacidad operativa para responder: Moscú absorbido por la guerra en Ucrania y Pekín centrado en el estrecho de Taiwán.

Para Cordero, el cerco a Venezuela remite a una versión renovada de la Doctrina Monroe y a un intento de Estados Unidos por reposicionarse en América Latina frente a actores externos y desafíos transnacionales. Concluyó que la República Dominicana debe manejar el escenario con cautela, exigir transparencia sobre los términos del acuerdo y asegurarse de que cualquier colaboración responda primero al interés nacional.