Embajadora Leah F. Campos resalta alianza clave entre EE UU y RD

Diplomacia, seguridad y economía marcan su primer gran discurso en Santo Domingo

Santo Domingo.- La intervención de Leah F. Campos durante el almuerzo de AMCHAMDR no solo dejó clara su hoja de ruta como nueva embajadora de Estados Unidos en la República Dominicana. También ofreció una imagen precisa del tono que planea llevar a su gestión. Directa, sin rodeos y con una marcada defensa de los valores que, según afirmó, comparten ambas naciones.

El encuentro tuvo lugar el 2 de diciembre de 2025 en Santo Domingo, y desde sus primeras palabras la diplomática dejó ver una mezcla de agradecimiento y firmeza. Reconoció el papel de la Cámara Americana de Comercio como motor de la relación bilateral y dedicó un espacio especial a Patricia Aguilera, encargada de Negocios durante dos años y medio, a quien definió como una guía clave en su llegada al país.

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Campos entró rápido en materia. Antes de pasar por Santo Domingo, gran parte de su carrera estuvo marcada por temas de seguridad nacional, combate a crímenes financieros y trabajo con instituciones de control. Esa experiencia, explicó, le enseñó que la seguridad económica y la seguridad nacional no se pueden separar. Y desde ahí construyó el primero de los tres pilares que presentó ante el empresariado dominicano.

El primer punto, la seguridad, ocupó buena parte de su discurso. Recordó la reciente visita del secretario de Guerra, Pete Hegseth, y la apuesta conjunta por reforzar vigilancia marítima, control fronterizo y cooperación contra el narcoterrorismo. También hizo referencia a la crisis en Haití, un tema que considera central para la estabilidad regional. Afirmó que se compromete a trabajar con el presidente Luis Abinader y con el sector privado dominicano para buscar soluciones que reduzcan la amenaza y permitan que Haití alcance la estabilidad que merece.

En varios momentos, Campos comparó los enfoques de la administración Trump con los de la administración Biden, señalando que el actual gobierno estadounidense ha retomado una política de control fronterizo más estricto. Según dijo, su embajada reflejará esa línea de acción con claridad y coherencia.

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El discurso avanzó hacia el segundo pilar: fortaleza económica. Aquí el turismo entró en primer plano. La embajadora destacó que millones de estadounidenses visitan el país cada año y subrayó el valor de una República Dominicana segura, ya que un entorno estable garantiza el flujo constante de visitantes y de inversión. Reconoció también el trabajo de Politur y elogió al general Minoru Matsunaga por su labor en la protección de ciudadanos estadounidenses.

El tema tecnológico tampoco quedó fuera. Campos señaló que la ciberseguridad es ahora parte esencial de la soberanía nacional y recordó que en los primeros seis meses de 2025, el país enfrentó 233 millones de intentos de ciberataques. En ese sentido, ofreció apoyo técnico para fortalecer la infraestructura digital dominicana y promover el uso de redes confiables.

Ya en el terreno del comercio, la embajadora resaltó que Estados Unidos es la principal fuente de inversión extranjera directa en la República Dominicana. Mencionó el creciente interés del país caribeño por integrarse a la cadena de suministros de semiconductores y celebró la visita del presidente Abinader y del ministro Víctor Bisonó a California para abrir puertas en esa industria. Dijo que planea apoyar esa iniciativa y que ve a Arizona, su estado natal, como un punto estratégico para avanzar en esa colaboración.

El tercer pilar, la prosperidad, llegó como un cierre natural. Campos destacó el peso de la relación agrícola entre ambas naciones y recordó que en julio se celebró la mayor misión comercial agrícola que Estados Unidos haya realizado en suelo dominicano. Definió ese logro como un ejemplo de lo que ocurre cuando la colaboración se combina con confianza y objetivos claros.

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En un gesto simbólico pero cargado de mensaje, anunció que su primera visita oficial a una empresa dominicana será a Central Romana, principal proveedor de azúcar a Estados Unidos bajo el contingente arancelario vigente. Aprovechó para asegurar que no permitirá la politización de temas comerciales durante su gestión y que defenderá los intereses de las empresas estadounidenses sin fricciones innecesarias.

Al cierre, la embajadora adoptó un tono personal. Recordó su designación directa por el presidente Trump y afirmó que asume su misión con la intención de mantener una relación basada en honestidad, transparencia y respeto por la soberanía de ambos países. Aseguró que, para ella, poner a Estados Unidos primero no excluye que la República Dominicana haga lo propio. Al contrario, entiende que ese enfoque fortalece la asociación.

Tras casi una hora de palabras, Campos dejó clara su intención de trabajar sin formalismos vacíos y con la mente puesta en resultados. Se despidió con una invitación abierta al sector empresarial: conversar, proponer y construir juntos el próximo capítulo de una relación que, según dijo, tiene todavía mucho futuro por delante.