Centro Cultural Banreservas revive la memoria del antiguo Hotel Mercedes

Banreservas abre en Santiago un espacio artístico dentro del histórico edificio

Santiago de los Caballeros.- El antiguo Hotel Mercedes vuelve a encender sus luces, aunque ya no para recibir viajeros, sino para abrir sus puertas a la cultura. Banreservas inauguró este sábado en Santiago su nuevo Centro Cultural dentro del edificio que alguna vez fue símbolo de elegancia urbana y punto obligado de la vida social cibaeña. La ceremonia contó con la presencia del presidente Luis Abinader, quien saludó la recuperación de un inmueble que forma parte del relato íntimo de la ciudad.

El Hotel Mercedes nació el 9 de abril de 1929 como la apuesta más moderna de su época. Su estructura de concreto armado, poco común entonces, albergaba 44 habitaciones distribuidas en los pisos segundo y tercero. En la primera planta funcionaba el comedor. En la azotea se extendía una terraza que ofrecía una vista amplia de Santiago, un privilegio que marcó a más de un huésped. No era un simple alojamiento. Era un punto de encuentro donde coincidían viajeros, artistas, políticos y curiosos.

La historia guarda episodios que hablan del peso que este edificio llegó a tener. En sus salones se celebró la graduación del joven Joaquín Balaguer como licenciado en Derecho por la Universidad de Santo Domingo, en 1929. Décadas después, en 1961, el lugar volvió a cobrar vida con los festivales bailables animados por la orquesta Hollywood. Todo eso quedó grabado en la memoria de una ciudad que encontraba allí un escape, una celebración o una anécdota para recordar.

Por sus habitaciones pasaron figuras que aportan matices a su leyenda. El geólogo petrolero estadounidense Frederik Gardner Clapp en 1935. La soprano afroamericana Lillian Evanti en 1939. La periodista norteamericana Page Cooper en 1946. Cada visita dejó una estela que hoy forma parte de un archivo intangible. Una suma de voces que explica por qué el Hotel Mercedes se volvió una pieza fundamental del imaginario santiaguero.

Con la inauguración del Centro Cultural Banreservas, esas historias regresan a escena. El presidente ejecutivo del banco, Leonardo Aguilera, aseguró que el renovado edificio es más que un espacio físico. Lo describió como un hilo que conecta generaciones y que recuerda quiénes somos y quiénes podemos ser. Sostuvo que las historias no mueren. Cambian de forma y se proyectan hacia nuevos públicos cuando encuentran el ambiente adecuado.

Aguilera explicó que el centro ofrecerá exposiciones de arte, talleres, presentaciones, salas de realidad virtual, conferencias y actividades que buscan estimular la creatividad. Afirmó que la entidad realizó una inversión superior a 340 millones de pesos para llevar a cabo la restauración. Dijo que se trató de un proceso de ingeniería complejo y respetuoso con la esencia original del inmueble. Según sus palabras, la inversión es cuantiosa, aunque se queda corta si se compara con el valor cultural y simbólico del proyecto.

Aguilera destacó también la visión del presidente Abinader. Recordó que desde el primer día el mandatario entendió que esta edificación tenía un lugar especial en la memoria colectiva de Santiago y del Cibao. Para Aguilera, la recuperación del edificio representa un punto de inicio hacia un espacio donde cada persona pueda sentirse acogida, valorada e inspirada. Llamó al centro un sueño colectivo hecho realidad y un faro de cultura y creatividad que se proyectará por generaciones.

En el acto, el historiador Edwing Espinal, miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia, repasó la trayectoria del inmueble. Señaló que el antiguo Hotel Mercedes refleja el espíritu y el pensamiento de Santiago. Aseguró que su transformación en Centro Cultural Banreservas no borra su pasado. Lo ilumina desde otro ángulo.

Entre los rincones que mantienen su encanto está el Roof Garden. En el pasado ofrecía una panorámica de una ciudad marcada por las luces de los coches y la bohemia nocturna. Hoy vuelve a despertar curiosidad. Los visitantes podrán reencontrarse con ese aire de nostalgia que siempre acompañó al edificio.

El Centro Cultural abre así un nuevo capítulo. Mantiene lo esencial del antiguo hotel y suma un impulso contemporáneo. Es una puerta al pasado y una apuesta por el futuro. Una invitación a mirar Santiago con ojos renovados.