El odio como estrategia política: la táctica de autócratas contra minorías

La ONU alerta que demonizar a minorías es un patrón global para polarizar y desviar la atención.

SANTO DOMINGO.-La represión sistemática y la demonización de las minorías se han consolidado como una herramienta política de manual para los gobiernos autocráticos. La estrategia es polarizar a la población, sembrar confusión y desviar la atención de sus propios fracasos de gestión, según advirtió el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.

"En un número cada vez mayor de autocracias, las minorías están siendo reprimidas. Sus derechos, su identidad y sus voces son coartadas," lamentó Türk durante la inauguración de la 18.ª sesión del Foro de la ONU sobre Cuestiones de las Minorías, celebrada este jueves 27 en la ciudad suiza de Ginebra.

El problema, sin embargo, no se limita a los regímenes autoritarios. El alto funcionario alertó que incluso en países con sólidas tradiciones democráticas, estos grupos se ven obligados a luchar constantemente por la defensa de sus derechos. 

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Denunció que algunos gobiernos están "reduciendo las protecciones legales, bajando las cuotas de participación y contratación, e incluso permitiendo redadas y vigilancia en su contra."

Vulnerabilidad de los grupos y la batalla en redes

La lista de grupos en riesgo es extensa y diversa: desde pueblos indígenas y afrodescendientes hasta personas con discapacidad (la minoría más numerosa del mundo), pasando por ciertos grupos étnicos, de migrantes, refugiados, o aquellos definidos por su religión, orientación sexual o cultura.

Türk fue enfático al recordar que los patrones de subyugación, exclusión y deshumanización crean intencionalmente falsas asociaciones entre los grupos no dominantes y nociones como hostilidad o delincuencia. El objetivo final es infundir miedo y odio. "Estos vínculos no son naturales ni accidentales," subrayó con firmeza.

Una de las principales batallas contra las minorías se libra en el escenario digital. El alto comisionado citó datos escalofriantes que alcanzan alrededor del 70% de las personas que son blanco de discursos de odio en redes sociales pertenecen a grupos minoritarios. 

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Alarmantemente, los sistemas de moderación de contenido a menudo terminan penalizando a las víctimas, reflejando una realidad donde los delitos de odio por motivos étnicos están en aumento.

Esta vulnerabilidad es aún mayor para quienes están en la intersección de varios grupos minoritarios, como las personas Lgbtiq+, las personas con discapacidad, los jóvenes y, de manera crucial, las mujeres de estas comunidades.

Desplazamiento, pobreza y apatridia

A nivel global, la discriminación tiene un impacto directo en la vida de millones. Las minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas siguen viéndose afectadas de forma desproporcionada por la pobreza, el desempleo y la falta de vivienda. 

En el ámbito laboral, los miembros de estas comunidades son a menudo "los últimos en ser contratados y los primeros en ser despedidos."

La denuncia de Türk también se centró en la apropiación de recursos. "Estamos presenciando apropiaciones de tierras y desplazamientos de población, la supresión de cultivos e incluso desalojos forzosos de hogares y tierras ancestrales para dar paso al turismo o al comercio", una práctica que afecta directamente a estos grupos. A esto se suma la violencia policial, que "se ha vuelto habitual" contra las minorías.

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El resultado de esta exclusión es devastador: las minorías, rechazadas en sus propios países, representan a la mayoría de las personas apátridas en el mundo, lo que anula aún más el acceso a sus derechos fundamentales.

Para romper este círculo vicioso, Türk hizo un llamado a la acción inmediata. Abogó por la implementación de leyes integrales contra la discriminación, recordando que "menos de una cuarta parte de los países del mundo cuentan con este tipo de legislación, y no se han aprobado nuevas leyes en los últimos tres años." El mensaje es contundente: "Los parlamentos deben actuar con lucidez."

Finalmente, destacó la importancia de proteger a los defensores de derechos humanos, a quienes llamó "los guardianes de los derechos y la justicia", y cuya criminalización y asesinatos demuestran la inacción estatal. Con datos de la agencia IPS