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Sembremos nuestros campos

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Manuel Díaz Aponte, periodista.

El campesinado dominicano merece especial atención frente a un panorama mundial que se perfila que se agravará en cuanto a la producción de alimentos.

Ante la compleja realidad mundial y sobre todo por la advertencia de organismos como la FAO, los países con vocación agrícola como República Dominicana, tienen que duplicar los esfuerzos de protección de nuestros campos.

Afortunadamente, contamos con las áreas necesarias para incentivar y promover las siembras de diversos rubros de ciclos cortos que son esenciales para abastecer el mercado nacional.   

Desde el gobierno hay que facilitar el acceso de los agricultores a créditos, incentivos y protección tecnológica que agilicen los niveles de producción con calidad y rentabilidad.

Muchos labriegos en las zonas rurales del territorio nacional no disponen de las condiciones mínimas para impulsar sus sembradíos, y ahí, deben las autoridades proceder para otorgar facilidades mediante políticas de financiamientos a intereses blandos.

De esa manera, estaríamos contribuyendo a reducir la marginalidad social y pobreza entre los comunitarios de nuestros campos.

El campesinado dominicano merece especial atención frente a un panorama mundial que se perfila que se agravará en cuanto a la producción de alimentos por diversas circunstancias, particularmente la guerra de Rusia y Ucrania, que sigue provocando alzas de los alimentos a escala mundial.

¿Por qué no dirigir programas de asistencias técnicas, recursos financieros, irrigación y modernización de las extensiones cultivables hacia los labriegos pobres?

Ello les permitiría incursionar sin riesgos en el cultivo de productos de ciclos cortos como las hortalizas, patatas, brócoli, berenjena y viandas.

Rentabilidad  

El campo es rentable si se cuentan con las herramientas necesarias para incentivar la producción, como ocurre con los grandes productores nacionales cuyas fincas tienen todas las estructuras para producir exitosamente sus cultivos.

Esos predios manejados con visión empresarial tienen las garantías para producir café, tabaco, plátano, arroz, tomate entre otros rubros.      

La rentabilidad de los productores agrícolas del país está sujeta a factores internos y externos, y ahora ante los aumentos de los insumos para la fabricación de los fertilizantes se origina un impacto negativo.  

Por ello, las autoridades han adoptado medidas para incentivar la producción agrícola evitando así la escasez de rubros fundamentales en la dieta de la población como el arroz, plátano y leguminosas.    

Un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dice que los niveles de hambre en el país disminuyeron en los últimos dos años por medidas del presidente Luis Abinader.

Fueron integradas gradualmente 300,000 nuevas familias al subsidio «Aliméntate», y el ministerio de Agricultura viene implementando programas de asistencia y planificación de siembras para asegurar la autosuficiencia del arroz y el abastecimiento de productos como el plátano, carnes de cerdo y pollo, habichuelas, ajo, cebolla, entre otros.

Producción Avícola

Una noticia que inspira positivamente es la que destaca la decisión de las autoridades de propiciar la apertura de granjas de crianzas de pavos en el país, según comunicó el director del programa Siembra RD, Leonardo Faña.

Adelantó, que, para tales fines, se instalarán cuatro granjas para la cría de la popular ave, cuya degustación alcanza su clímax en las festividades de las navidades.   

Faña indicó que: “Para este año iniciaremos cuatro granjas de pavo en el país, para esto compramos los huevos fértiles en Bélgica y vienen por avión. Al llegar estarán en incubadora durante 28 días y luego serán llevados a las granjas y a partir de ahí el pueblo comerá pavo producido en la República Dominicana”.

Artículo de Manuel Díaz Aponte 

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Manuel Diaz Aponte

Manuel Diaz Aponte

Periodista y profesor universitario. Es egresado de la Universidad Central del Este y de la Universidad Metodista de Sao Paulo, Brasil, donde hizo maestría en comunicación científica y tecnológica así como estudios en relaciones internacionales. Egresado del Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”, en La Habana, Cuba. Finalizó estudios en diplomacia y relaciones internacionales en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Fue reportero de El Nuevo Diario y de la televisora estatal hoy CERTV y desde el año 2000 labora en la Dirección General de Comunicación de la Presidencia de la República como periodista profesional habiendo ocupado diferentes funciones.

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