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FOGARATE: Todos los días la guerra

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Ahí está. La guerra. Todos los días. Por todos los medios de comunicación. La guerra. En el sueño y la vigilia. La guerra. En el comedor (sea el desayuno, la comida o la cena). La guerra. En la sala (con o sin diálogo, con o sin sonrisas, con o sin ternura). La guerra. En la calle, en la acera, bajo el semáforo, en medio del tapón. La guerra en la vida de los seres humanos (dije “humanos”). Y, al final, “Gloria a Dios (¿cuál de sus transmutaciones?) en las alturas (¿qué tan alto estará?) y paz en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad”. (Y es entonces cuando el coro pregunta: ¿Cuántos son y dónde están?).

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Ramón Colombo

Ramón Colombo

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

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