Lula busca acuerdo antes de Navidad entre Trump y Maduro 

Lula da Silva "No hay razón para una guerra" y cuestiona los intereses ocultos.

En un momento donde los tambores de guerra resuenan con fuerza en el Caribe, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha decidido dar un paso al frente. Con la experiencia de quien sabe que en política internacional los silencios son peligrosos, Lula insistió este jueves en que un conflicto armado en la región no solo es innecesario, sino que carece de una justificación transparente.

"Todos los días vemos amenazas y estamos preocupados", confesó el mandatario durante una comparecencia en el Palacio del Planalto. Sus palabras no son un simple ejercicio de retórica: Lula ha estado moviendo los hilos de la diplomacia en la sombra, manteniendo conversaciones recientes tanto con Nicolás Maduro como con Donald Trump. 

Para el líder brasileño todavía hay espacio para la política antes de que hablen las armas.

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¿Qué hay realmente detrás del conflicto?

Lo que más inquieta a Lula no es solo la retórica belicista, sino la falta de claridad sobre los objetivos reales de una intervención. El presidente brasileño fue directo al grano al cuestionar si la salida de Maduro es el único fin, o si hay un trasfondo económico que nadie se atreve a mencionar.

"Nunca nadie dice de manera concreta por qué es necesaria esta guerra. No sé si el interés es el petróleo de Venezuela, los minerales críticos o las tierras raras", lanzó Lula ante la prensa. Para él, es sospechoso que nadie ponga sus verdaderas cartas sobre la mesa, lo que alimenta la teoría de que existen intereses extractivos que superan la cuestión democrática.

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Una llamada antes de Navidad

Brasil, como la mayor potencia de Sudamérica, siente el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Lula fue enfático al relatar que ya le advirtió a Trump que Estados Unidos no ganará nada "pegando tiros" en el continente.

La estabilidad regional es la prioridad absoluta para Brasilia, que ve con horror la posibilidad de que el Caribe se convierta en un tablero de ajedrez bélico.

La hoja de ruta de Lula tiene una fecha marcada: Navidad. El mandatario brasileño adelantó su intención de llamar nuevamente a Donald Trump antes de las fiestas decembrinas para intentar arrancar un compromiso de negociación. Su tesis es que es posible negociar sin guerra, pero para eso hace falta que las partes cedan y que las intenciones ocultas salgan a la luz.

En un continente que busca dejar atrás las intervenciones extranjeras, la figura de Lula emerge como el último dique de contención diplomático. Su oferta de mediación es un recordatorio de que Sudamérica no quiere ser el escenario de una batalla ajena, especialmente cuando los motivos parecen estar más ligados a los recursos naturales que al bienestar de la población venezolana.  Con datos de Europa Press.