La nueva cédula: Blindaje tecnológico y orgullo patrio

JCE presenta el nuevo documento y anuncia fechas clave de entrega

Santo Domingo.- El ambiente en el salón del Hotel Sheraton este jueves no era el de una rueda de prensa cualquiera. Entre directores de medios, periodistas y líderes de opinión, se respiraba esa curiosidad propia de quien está a punto de conocer el objeto que, en poco tiempo, todos llevaremos en la cartera. No es para menos: la Junta Central Electoral (JCE) reveló finalmente cómo será la nueva cédula dominicana, un documento que promete dejar atrás una década de obsolescencia para entrar de lleno en la era de la seguridad forense.

Román Jáquez Liranzo, presidente del órgano electoral, fue el encargado de llevar la voz cantante. Su discurso fue directo, alejado de tecnicismos áridos, enfocándose en una realidad innegable: el formato actual ya dio lo que tenía que dar. Con el vencimiento legal y tecnológico a la vuelta de la esquina, la actualización no es un capricho estético, sino una medida de soberanía de datos.

Un documento que "habla" al tacto

Lo primero que llama la atención no es solo lo que se ve, sino lo que se siente. Por primera vez en la historia del país, el plástico incorporará el número de cédula en relieve táctil. Es un gesto de inclusión real; una innovación pensada para que las personas con discapacidad visual puedan identificar su documento sin depender de nadie.

Pero si nos vamos a lo técnico, la tarjeta es una "bestia" de la ingeniería. Fabricada en policarbonato, un material diseñado para durar al menos 25 años sin borrarse ni romperse, la nueva cédula integra más de 100 medidas de seguridad. Estas se dividen en tres niveles: desde lo que vemos a simple vista (como hologramas), pasando por lo que requiere luz ultravioleta, hasta llegar al nivel forense, donde solo equipos especializados pueden confirmar su autenticidad.

Identidad en cada milímetro

El diseño es un recorrido visual por lo que nos define. No faltan los símbolos patrios como la imagen de Juan Pablo Duarte y el Monumento a los Héroes de la Restauración. Sin embargo, la JCE decidió ir más allá, integrando elementos culturales y naturales: la güira y la tambora comparten espacio con la cigua palmera y el azul profundo del larimar.

Incluso el mapa de la República Dominicana tiene su truco: está impreso en una tinta que cambia de color según cómo le pegue la luz. Todo esto, según explicó Jáquez Liranzo, fue validado por el Instituto Duartiano, asegurando que cada detalle respete el rigor histórico y patriótico.

¿Cuándo nos toca? El cronograma de entrega

La pregunta del millón en el salón era clara: ¿cuándo empieza el cambio? La JCE ha diseñado un calendario escalonado para evitar el caos y garantizar que los 9.4 millones de documentos se renueven antes de que la cédula vieja pierda vigencia el 31 de marzo de 2027.

En República Dominicana:

 * 8 de enero de 2026: El proceso arranca "en casa", con el personal interno de la JCE.

 * 26 de enero de 2026: Un día simbólico. Se imprimirá la primera cédula oficial para ser entregada al Presidente de la República.

 * Febrero y marzo de 2026: Turno para sectores focalizados, incluyendo legisladores, jueces de altas cortes, comunicadores y empleados de entidades públicas y privadas.

 * 8 de abril de 2026: Apertura general. Aquí es donde entra el grueso de la población. El proceso se organizará por mes de cumpleaños para evitar aglomeraciones innecesarias.

Dominicanos en el exterior:

Nuestra diáspora no se queda atrás, aunque los tiempos varían ligeramente:

 * 8 de abril de 2026: Inicio para figuras focalizadas en el extranjero (diputados de ultramar, cónsules y líderes comunitarios).

 * Mayo de 2026: Apertura masiva para todos los dominicanos residentes fuera del país.

 * 21 de enero de 2028: Fecha límite para la renovación en el exterior.

Mucho más que un carnet de identidad

Uno de los puntos que más interés generó entre los presentes fue la capacidad de la nueva cédula para funcionar como documento de viaje. Gracias a la tecnología de imagen grabada con láser (CLI) y al código de acceso CAN, el documento cumple con los estándares de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). Esto facilita enormemente la validación del portador en controles fronterizos y entornos digitales internacionales.

Al cierre de la actividad, quedó claro que la JCE busca recuperar la confianza en el documento de identidad más importante del país. Con el visto bueno ya obtenido por parte de los partidos políticos en reuniones previas, el camino parece despejado para que, en 2026, los dominicanos portemos un documento que no solo es más seguro, sino que se siente más nuestro.