Egresados del INTEC patentan equipo que enseña a escribir a niños sordos

Un dispositivo electrónico que utiliza la logogenia para alfabetizar a niños con discapacidad auditiva.

SANTO DOMINGO.-A veces, la tecnología más avanzada no es la que busca llegar a Marte, sino la que logra que un niño pueda decir lo que siente a través del papel. Ese fue el motor de Barbara Kalustian, José Correa, Madelyn Castillo, Diana Pastrano y Daniela Sánchez, cinco jóvenes que, lejos de conformarse con un título de Diseño Industrial en el INTEC, decidieron que su tesis debía cambiarle la vida a alguien.

El resultado es un dispositivo electrónico interactivo que acaba de recibir una patente de modelo de utilidad por parte de la ONAPI. No es un juguete cualquiera: es una herramienta diseñada para que niños y adolescentes con discapacidad auditiva superen la barrera de la lectoescritura, una de las etapas más frustrantes para quienes no pueden percibir el sonido de las palabras.

El proyecto se apoya en la logogenia, un método educativo que permite a las personas sordas "ver" la estructura del idioma español. A diferencia del modelo tradicional de aprendizaje, que suele apoyarse en la fonética, este equipo ayuda a los niños a construir oraciones palabra por palabra, guiándose por ilustraciones y niveles de dificultad que convierten el aprendizaje en un proceso visual y táctil.

"Nos tocó el corazón ver lo difícil que es para estos niños aprender a escribir bajo los métodos convencionales", explica Daniela Sánchez, una de las creadoras. Y es que, para un niño sordo, la sintaxis del español escrito puede ser un laberinto sin salida si no se cuenta con las herramientas adecuadas.

Este logro no es solo un éxito individual de los egresados; también consolida al INTEC como un referente de innovación en el Caribe. Con esta concesión, la universidad alcanza las 15 patentes, reafirmándose como la institución dominicana con mayor producción de propiedad intelectual. Solo en este 2025, la academia ha sumado a su lista desde este dispositivo inclusivo hasta una embarcación autónoma para recolectar sargazo.

El Centro de Emprendimiento e Innovación (CEI) del INTEC fue el puente que conectó el prototipo universitario con la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial. El equipo recibió asesoría legal y técnica para transformar un proyecto de clase en un modelo funcional y estéticamente pulido, listo para dar el salto al mercado o a las instituciones educativas.

"Confiamos en que este avance genere el interés necesario para seguir mejorando la calidad de vida de estos jóvenes", señala Barbara Kalustian. Al final del día, el éxito de este grupo de diseñadores se mide en la posibilidad de que, en un futuro cercano, la comunicación deje de ser un privilegio auditivo para convertirse en un derecho escrito para todos.