El empleo América Latina y el Caribe muestra una tímida recuperación

La OIT celebra el descenso del desempleo, pero advierte: la informalidad y la desigualdad persisten.

América Latina y el Caribe respira un aire de cautela optimista. El más reciente Panorama Laboral 2025 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala una recuperación moderada del empleo en la región. Si bien las cifras generales invitan a un suspiro de alivio, el organismo internacional advierte que la informalidad y la desigualdad siguen siendo grietas profundas que impiden hablar de una estabilidad plena.

Según el informe, la primera mitad del año ha sido testigo de un descenso constante en el desempleo. La tasa de desocupación regional se ubicó en un seis por ciento, un nivel que se sitúa entre los más bajos registrados en los últimos quince años.

Además, la tasa de participación laboral promedio se mantuvo estable en un 63%, mientras que la ocupación alcanzó casi el 60%. Esto significa que, de los aproximadamente 350 millones de personas que componen la fuerza laboral regional, una proporción mayor ha logrado encontrar un puesto de trabajo.

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El lastre de la informalidad y las disparidades

Pese a los indicadores positivos en el promedio, la OIT lanza una advertencia crucial: la informalidad, aunque se redujo ligeramente al 46.7% en el primer semestre de 2025, continúa siendo el rasgo más persistente del mercado laboral. Dicho de otra manera: casi uno de cada dos trabajadores en América Latina no cuenta con las protecciones ni los derechos de un empleo formal.

"La región no puede conformarse con cifras que parecen positivas en promedio", sentenció Ana Virginia Moreira Gomes, directora regional de la OIT, al presentar el informe. La funcionaria fue enfática al señalar la necesidad de políticas activas que "promuevan el trabajo decente, con igualdad y protección" en un mundo laboral que evoluciona a toda velocidad.

Jóvenes y mujeres, los más vulnerables

El informe subraya que la recuperación está lejos de ser equitativa. Los desafíos persisten, especialmente para mujeres y jóvenes.

En el caso de las mujeres, el avance sigue siendo lento e insuficiente. Los hombres registran una tasa de participación 22 puntos porcentuales superior a la de ellas (75% frente a 53%). La desocupación femenina, por su parte, supera en dos puntos la masculina.

Los jóvenes (de 15 a 24 años) enfrentan un panorama aún más desalentador, con una tasa de desocupación casi tres veces mayor que la de los adultos. La informalidad también los golpea más fuerte, alcanzando al 56% de este grupo, comparado con el 43% de los adultos.

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Detrás de estos fríos porcentajes, como bien recuerda el informe, se esconden millones de historias reales. El acceso a un empleo decente no es solo una cuestión de ingresos, sino que impacta directamente en la salud, la educación y las posibilidades de desarrollo de toda la población.

Las disparidades también se notan entre países. El desempleo supera el promedio regional en naciones como Colombia (a pesar de su descenso), Argentina, Costa Rica, Chile y Uruguay. 

El economista Gerson Martínez, autor principal del informe, concluye que "aunque hay avances en los indicadores generales, hay que mirar debajo de la superficie. Los datos muestran grandes disparidades entre países y grupos". Con datos de la agencia IPS.