Tailandia impone toque de queda y miles huyen en Camboya

Nueve civiles mueren en nuevo choque fronterizo

El clima de tensión volvió a encenderse en la frontera entre Camboya y Tailandia, dejando a su paso un saldo doloroso. Hasta el mediodía de este miércoles, nueve civiles camboyanos habían perdido la vida y otros 46 resultaron heridos como consecuencia de los enfrentamientos armados entre ambos países, según confirmó el ministro de Información de Camboya, Neth Pheaktra.

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La cifra, publicada por el funcionario en su cuenta de Facebook, recogida por la agencia Xinhua, se suma a un desplazamiento masivo que ya supera las 127.000 personas. Familias enteras han abandonado sus comunidades en zonas cercanas a la línea fronteriza, buscando refugio en albergues improvisados y centros habilitados por las autoridades locales.

La situación escaló aún más cuando el Ministerio de Defensa camboyano denunció que el ejército tailandés disparó dos proyectiles contra una escuela primaria en la provincia de Banteay Meanchey. Aunque los detalles siguen bajo investigación, la denuncia encendió alarmas en el gobierno y profundizó el clima de incertidumbre en la zona.

Del lado tailandés, la respuesta fue inmediata. El ejército anunció la implementación de un toque de queda en cuatro distritos fronterizos de la provincia de Sa Kaeo, medida que entró en vigor este mismo miércoles. El comunicado oficial explica que la decisión busca “preservar el orden público, la seguridad y la estabilidad”, además de proteger a los residentes ante posibles amenazas externas. Bajo esta orden, queda prohibido circular entre las 7:00 de la noche y las 5:00 de la mañana del día siguiente.

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La tensión también llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Tailandia a emitir una alerta de viaje dirigida a sus ciudadanos. En ella recomienda salir de Camboya a quienes no tengan motivos esenciales para permanecer en el país, y pide a quienes estén planificando viajar que pospongan cualquier desplazamiento. Se estima que entre 600 y 1.200 tailandeses se encuentran actualmente en territorio camboyano.

El conflicto, que se reactivó el domingo por la tarde, ha derivado en acusaciones cruzadas. Tanto Camboya como Tailandia aseguran que la parte contraria fue la primera en abrir fuego, mientras se confirman víctimas civiles y se incrementan las medidas militares a ambos lados de la frontera.

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Aunque los gobiernos no han dado indicios de una desescalada inmediata, organismos locales y observadores internacionales advierten que la región vive uno de los episodios más tensos de los últimos años. Las comunidades afectadas, atrapadas entre la incertidumbre y el miedo, siguen a la espera de una salida diplomática que reduzca los riesgos y permita el retorno seguro a sus hogares.

Mientras tanto, los refugios continúan llenándose y las autoridades de ambos países enfrentan la presión de evitar que el conflicto se convierta en una crisis mayor, con implicaciones humanitarias de gran alcance.