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México y Brasil buscan conformar un bloque de poder América Latina

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Los dos gigantes demográficos y económicos de la región, México y Brasil, han confirmado una alineación estratégica que, por su peso combinado, se perfila como el bloque de poder más influyente del hemisferio sur.

Gigantes de América Latina se unen para desafiar a potencias y redefinir el equilibrio global

La geopolítica en América Latina está experimentando una transformación que tiene a Washington, Pekín y Bruselas en alerta. Los dos gigantes demográficos y económicos de la región, México y Brasil, han confirmado una alineación estratégica que, por su peso combinado, se perfila como el bloque de poder más influyente del hemisferio sur. 

Este acercamiento, que muchos observadores ya califican como la alianza más ambiciosa de la región en décadas, busca consolidar una autonomía hasta ahora inédita.

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La unión hace la fuerza

La magnitud de esta asociación es ineludible. Juntos, México y Brasil concentran a las mayores poblaciones del continente: México suma aproximadamente 130 millones de habitantes, mientras que Brasil supera los 217 millones.

Pero el verdadero poder reside en lo económico. Ambos países suman más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) de toda América Latina. 

Brasil: Se consolida como la economía más grande de la región con un PIB estimado de alrededor de 2.1 billones de dólares.

México: Le sigue de cerca con un PIB estimado en aproximadamente 1.6 a 1.85 billones de dólares.

Ambos países no solo dominan las cifras macro, sino que controlan recursos estratégicos, lideran la crucial industria automotriz y son actores esenciales en la producción y distribución de energía. Históricamente, han funcionado como el principal puente de comercio entre el continente americano y los mercados internacionales, un rol que ahora buscan potenciar de forma coordinada.

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Acuerdos para la autonomía estratégica

Los gobiernos de ambas naciones han estado tejiendo una red de acuerdos que abarca desde la cooperación energética y el intercambio tecnológico, hasta la integración industrial y la coordinación comercial. 

Este trabajo conjunto también incluye un posicionamiento diplomático unificado frente a debates globales de alta relevancia, como la transición energética, la seguridad alimentaria mundial y la regulación financiera.

Al operar como un bloque cohesionado, Brasilia y Ciudad de México pueden negociar con otras superpotencias desde una posición de mayor solidez y peso, muy superior a la que tendrían individualmente. 

Este nuevo enfoque estratégico busca activamente reducir la dependencia histórica de Estados Unidos y China, reequilibrando el mapa geopolítico en beneficio de la región.

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Las tres amenazas

La nueva alianza entre México y Brasil tiene el potencial de alterar el equilibrio de poder internacional aunque han intensificado sus movimientos hacia una mayor integración comercial, han aclarado que el objetivo inmediato no es la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) amplio, sino una profundización estratégica de los acuerdos ya existentes y una cooperación sectorial.

La diplomacia de alto nivel y las declaraciones recientes reflejan esta voluntad política:

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1. Reforzamiento y modernización de acuerdos existentes

La columna vertebral de la relación comercial bilateral es el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) N.º 53 (vigente desde 2003) y el ACE N.º 55 (enfocado en el sector automotriz). Los movimientos actuales se centran en actualizar y expandir estos marcos, sentando las bases para una relación más ambiciosa:

  • Ruta Hacia la Ampliación: A finales de 2025, funcionarios de ambos países confirmaron que se trabaja en una ruta conjunta para modernizar los ACE 53 y 55. La meta a mediano plazo, proyectada para agosto de 2026, es transformar esta base en un tratado comercial más amplio.
  • Sector Automotriz: Desde 2023, ha entrado en vigor un acuerdo de transición para el libre comercio en vehículos pesados entre ambos países, un paso clave dado que el sector automotor representa históricamente una parte significativa del comercio bilateral.

2. Cooperación estratégica sectorial (Enfoque en 2025)

En lugar de un TLC general, los gobiernos han priorizado la firma de acuerdos específicos de cooperación y colaboración en áreas consideradas clave para la autonomía regional:

  • Energía y Biocombustibles: Se firmó una Declaración de Intención en materia de biocombustibles entre las Secretarías de Energía de México y el Gobierno de Brasil, con el objetivo de colaborar en producción sostenible y aplicación en el transporte e industria. Además, se ha planteado colaboración en la exploración de petróleo en aguas profundas, donde Brasil tiene gran experiencia.
  • Agroindustria y Sanidad: Se concretó un Memorando de Entendimiento en agricultura para intercambio de buenas prácticas y tecnología. Un éxito tangible de esta nueva etapa fue la apertura del mercado brasileño al aguacate fresco mexicano en 2025, tras pactar rigurosos requisitos fitosanitarios.
  • Innovación y Salud: Se establecieron acuerdos de cooperación en regulación sanitaria (entre COFEPRIS y ANVISA de Brasil) para acelerar la aprobación de medicamentos, además de colaboración en investigación biomédica y farmacéutica.

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3. Posicionamiento geopolítico y comercial

Este estrechamiento de lazos se da en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos (como la amenaza de aranceles) y busca reducir la vulnerabilidad de ambas naciones ante las políticas de las superpotencias:

  • Fomento a la Inversión: Los países trabajan en un acuerdo de promoción de inversiones y en la diversificación económica, buscando fomentar la inversión cruzada en sectores como manufactura, aeroespacial y agroindustria.
  • Aprovechar la Complementariedad: Las autoridades de ambos países destacan que al reconocerse como socios complementarios, aprovechan el dinamismo de un intercambio comercial que en 2024 sumó un récord de 13,600 millones de dólares. Brasil y México son, recíprocamente, socios comerciales clave en el plano global y latinoamericano.

La presidenta mexicana ha sido clara al señalar que, aunque se prioriza la colaboración y cooperación, la ruta está fijada para seguir profundizando los acuerdos económicos ya existentes.

Mientras tanto, las grandes superpotencias ya están observando esta alianza con cautela. La consolidación del bloque podría dificultar su influencia directa en la región, limitar las presiones económicas externas y, lo más importante, abrir la puerta a acuerdos alternativos que favorezcan genuinamente la autonomía y los intereses a largo plazo de América Latina.

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Diómedes Tejada Gómez

Diómedes Tejada Gómez

Comunicador y mercadólogo, editor de DiarioDigitalRD en Nueva York. Contacto: diomedestejada@gmail.com

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