Tailandia defiende ataques aéreos como autodefensa legítima

Evacuación masiva y cierre de escuelas en provincias fronterizas con Camboya

Las tensiones entre Tailandia y Camboya se intensifican tras la decisión del Gobierno tailandés de continuar con operaciones militares en la frontera, en respuesta a los recientes enfrentamientos. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Nikorndej Balankura, aseguró este lunes que las acciones se mantendrán “hasta que la soberanía e integridad territorial dejen de verse comprometidas”.

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En una reunión con el cuerpo diplomático, Balankura defendió los ataques aéreos contra posiciones camboyanas como un acto de autodefensa. Subrayó que todas las operaciones deben ser proporcionales, ajustarse a las reglas de combate y al derecho internacional, y dirigirse únicamente contra objetivos militares. “La postura de Tailandia no cambiará hasta que Camboya busque el camino de la paz”, afirmó.

Horas antes, el primer ministro Anutin Charnvirakul había reiterado en un discurso televisado que el país ejercerá su “derecho legítimo a la autodefensa” para salvaguardar la soberanía nacional. Tras una resolución del Consejo de Seguridad Nacional, el mandatario indicó que las operaciones se realizarán con prudencia, respetando los principios humanitarios y las condiciones que marque la situación en el terreno.

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La reactivación del conflicto ha generado un impacto inmediato en la población. Desde la noche del domingo, unas 400.000 personas de cuatro provincias fronterizas han sido evacuadas a refugios temporales, mientras más de 600 escuelas cerraron sus puertas para garantizar la seguridad de los residentes.

El ejército tailandés confirmó que la escalada de violencia ya ha dejado un saldo de un soldado muerto y 18 heridos. La tensión en la frontera se mantiene alta, con un despliegue militar que busca contener los ataques y reforzar la defensa del territorio.

La crisis abre un nuevo capítulo en la relación entre ambos países, marcada por disputas históricas en zonas limítrofes. Mientras Tailandia insiste en que sus acciones responden a la necesidad de proteger su soberanía, la comunidad internacional observa con preocupación el riesgo de que el conflicto se prolongue y afecte la estabilidad regional.

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Con la población desplazada y la frontera militarizada, la situación se perfila como uno de los mayores desafíos de seguridad para el Gobierno tailandés en los últimos años. Agencia Xinhua.