OMS y BM ven mejora global en el acceso a la sanidad, pero el avance se estanca

La cobertura sanitaria ha mejorado desde 2000. 2.100 millones con problemas por costes de medicamentos.

SANTO DOMINGO.-La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial han lanzado una moneda con dos caras sobre el estado de la salud global. Si bien el panorama general muestra un incremento significativo en la cobertura sanitaria universal desde el año 2000, con avances notables en la calidad de los servicios y la reducción de la ruina económica asociada a las facturas médicas, el progreso se ha desacelerado peligrosamente en la última década, dejando a miles de millones de personas atrás.

El Informe de Seguimiento Mundial de la Cobertura Sanitaria Universal 2025 confirma que el índice de cobertura de servicios—que mide la disponibilidad y el acceso a intervenciones esenciales—aumentó de 54 a 71 puntos porcentuales a nivel global. 

Paralelamente, la proporción de hogares que experimentan graves dificultades económicas por gastos médicos se redujo del 34% al 26% en el mismo periodo. Estas dificultades se definen como el gasto familiar que supera el 40% del presupuesto discrecional en costes de salud.

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Sin embargo, los autores del texto advierten que los ambiciosos objetivos de tener acceso universal y asequible para 2030 están en peligro. La cruda realidad es que 4.600 millones de personas en el mundo todavía carecen de acceso a servicios de salud esenciales.

Y lo que es peor: 2.100 millones de personas sufren dificultades económicas al buscar atención médica, una cifra que incluye a los 1.600 millones que ya viven en la pobreza o que se ven sumidos en ella a causa de los gastos sanitarios.

La factura de los medicamentos asfixia a los más pobres

El principal factor que impulsa esta crisis financiera es el coste de los medicamentos. En tres de cada cuatro países con datos disponibles, los fármacos representan al menos el 55% de los gastos de salud de bolsillo de las personas.

La carga es especialmente opresiva para los segmentos más vulnerables. Aquellos que viven en la pobreza destinan una media del 60% de sus gastos sanitarios a medicamentos, desviando recursos escasos que deberían destinarse a otras necesidades básicas como alimentación o vivienda.

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El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, fue contundente: "La cobertura sanitaria universal es la máxima expresión del derecho a la salud, pero este informe muestra que para miles de millones de personas que no pueden acceder o costear los servicios de salud que necesitan, ese derecho sigue estando fuera de su alcance". 

Hizo un llamado a los países para que inviertan en sus sistemas, especialmente en un contexto donde los principales donantes internacionales están aplicando "severos recortes" a la ayuda.

Una desaceleración preocupante

El informe subraya que el ritmo de progreso se ha desacelerado drásticamente desde 2015. Los avances han sido un 23% más lentos que en la década anterior, con solo un tercio de los países mejorando simultáneamente sus índices de cobertura sanitaria y de protección financiera. 

A ese ritmo, se proyecta que el índice de cobertura global solo alcanzará 74 puntos para 2030, muy por debajo de la meta de 80.

A pesar de las tendencias negativas, los países de bajos ingresos han sido los que han logrado los avances más rápidos en ambas áreas, si bien siguen enfrentando las mayores brechas. 

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El aumento global de la cobertura se atribuye, en gran medida, a los programas de enfermedades infecciosas. Mientras que la atención a enfermedades no transmisibles ha mejorado de forma constante, los avances en salud reproductiva, materna, neonatal e infantil han sido calificados como "modestos".

La brecha de equidad se está ensanchando. En 2022, el 75% del segmento más pobre de la población se enfrentó a dificultades financieras por costes de salud, mientras que solo el 0,04% de la población más rica sufrió el mismo problema. Esto afecta especialmente a las mujeres, las personas con menor educación y quienes viven en zonas rurales.Para cumplir con la promesa del derecho a la salud en 2030, el informe propone medidas urgentes: garantizar que la atención esencial sea gratuita en el punto de atención para los más vulnerables, ampliar la inversión pública en sanidad, abordar el elevado gasto debolsillo en medicamentos y fortalecer la Atención Primaria. Con datos de Europa Press.