Donald Trump: flujo de drogas hacia EEUU por vía marítima "cayó un 94%" 

Tras los bombardeos en el Caribe y el Pacífico, planea incursiones terrestres."Sabemos dónde viven"

NUEVA YORK.-La guerra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el fentanilo y las drogas ha pasado de las palabras a los explosivos. En una comparecencia cargada de su estilo directo y desafiante en el Departamento de Estado, el mandatario sacó pecho por los resultados de su reciente campaña militar en aguas internacionales. 

Según las cifras del mandatario, el flujo de narcóticos que entra por mar se ha desplomado un 94%, una estadística que atribuye directamente a la táctica de bombardear narcolanchas en el Caribe y el Pacífico. Sin embargo, no se detendrá ahí. La mirada de la Casa Blanca ahora apunta directamente a tierra firme.

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"Sabemos dónde viven"

"Ya sabemos todo sobre ellos", lanzó el presidente con la seguridad de quien tiene una lista en la mano. La narrativa de Trump ha dado un giro agresivo; ya no se trata solo de patrullas fronterizas o muros, sino de una estrategia de búsqueda y destrucción. 

Durante el acto, aseguró que Washington tiene identificadas las rutas, los escondites y las viviendas de los sospechosos en América Latina. La advertencia es que la etapa de las operaciones terrestres está a punto de comenzar. 

"Conocemos cada edificio", recalcó, dejando la puerta abierta a intervenciones que, con seguridad, pondrán a prueba la soberanía de los países vecinos.

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Una guerra declarada

El trasfondo de esta ofensiva es una crisis de salud pública que no da tregua. Trump puso sobre la mesa un dato demoledor: 300.000 fallecidos por sobredosis en el último año dentro de Estados Unidos. Para él, esto no es una crisis social, sino una guerra declarada. 

"Es una guerra terrible y no voy a dejar que siga pasando", afirmó, desestimando las críticas internacionales por las muertes de civiles o sospechosos en aguas abiertas. 

Hasta la fecha, los bombardeos marítimos han dejado un saldo de más de 80 fallecidos, una cifra que ha levantado ampollas en organismos de derechos humanos, pero que parece no quitarle el sueño a la administración actual.

La retórica no se queda corta. Hace apenas unos días, el presidente usó términos mucho más crudos al referirse a los traficantes, asegurando que su gobierno se está encargando de "eliminarlos". 

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Ataques maritimos es solo el preludio

A este coro de mano dura se ha sumado el secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien advirtió que lo visto hasta ahora en el Caribe y el Pacífico oriental es solo el preludio. Para el Pentágono, la maquinaria apenas ha arrancado.

Lo que queda en el aire es el coste diplomático de estas acciones. Mientras Washington celebra la eficacia de su "fuego real", los países de la región observan con recelo una estrategia que parece ignorar las fronteras. 

El mensaje de Trump, sin embargo, va dirigido a su base electoral: la promesa de un puño de hierro que no se detiene ante la burocracia internacional si de frenar el flujo de drogas se trata.