Venezuela insiste en que puede asegurar la Serie del Caribe 2026

La CBPC revisa inquietudes mientras avanza el plan para el torneo

SANTO DOMINGO. La Confederación de Béisbol Profesional del Caribe volvió a poner sobre la mesa un tema que genera tensión dentro y fuera del diamante. En una reunión extraordinaria, la Liga Venezolana de Béisbol Profesional reafirmó que el país cuenta con las condiciones necesarias para organizar la Serie del Caribe 2026, un mensaje que busca despejar dudas en medio del asedio político y económico que vive el gobierno de Nicolás Maduro frente a Estados Unidos.

El encuentro, celebrado el 1 de diciembre, dejó claro que no basta con presentar estadios renovados o un esquema operativo bien armado. Los delegados dedicaron buena parte de la discusión a los factores externos que rodean al país sede, sobre todo el ambiente geopolítico que podría incidir en la logística del torneo y en la asistencia de las delegaciones.

La LVBP aseguró que el plan avanza sin tropiezos y que el Comité Organizador trabaja con una hoja de ruta marcada por tiempos ajustados, pero realistas. Los representantes venezolanos insistieron en que los estadios propuestos cumplen con las exigencias técnicas de la CBPC, desde iluminación y superficie de juego hasta los espacios para los equipos, los medios y el público. Según explicaron, los avances se revisan de manera periódica con informes que se enviarán a la Confederación en los próximos meses.

El Comisionado del Caribe reconoció ese esfuerzo, aunque también subrayó que el éxito de la Serie del Caribe no se mide solo en infraestructura. Señaló que cualquier sede debe ofrecer garantías de seguridad, estabilidad y movilidad para los equipos, árbitros, periodistas y aficionados que se desplazan desde varios países. En ese punto, la Asamblea optó por mantener un tono prudente y pidió continuar evaluando el escenario político que rodea al país anfitrión.

A pesar de las reservas, la CBPC acordó acompañar al Comité Organizador en todo el proceso. El plan incluye visitas técnicas, seguimiento operativo y reuniones periódicas para revisar riesgos y ajustar decisiones. Las ligas miembro coincidieron en que el torneo no puede improvisarse y que la transparencia en cada paso será clave para disipar inquietudes.

El cierre de la reunión dejó una mezcla de respaldo y cautela. Los directivos insistieron en que apoyarán el proyecto venezolano, pero dejaron claro que mantendrán una vigilancia continua sobre cualquier cambio que pueda afectar el montaje del evento. La comunicación entre las partes será diaria, o al menos tan constante como la situación lo requiera.

Este encuentro abrió una agenda de seguimiento que se extenderá durante los próximos meses. La Confederación aspira a que el camino hacia la Serie del Caribe 2026 avance con menos ruido político y con más certezas deportivas. De momento, Venezuela sostiene que está lista para la responsabilidad. El resto del Caribe observa, toma nota y espera pruebas concretas de que el torneo puede desarrollarse sin sobresaltos.