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Fogarate: Cuando muere un artista

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Ramón Colombo, periodista.

Cuando muere un político, muchos lo lamentan porque fueron suyos o presenciaron sus  quehaceres…y todo sigue igual. Cuando muere un gran empresario muchos siguen girando  millones en salarios y ganancias…y todo sigue igual. Cuando muere un científico, queda su nombre en la herencia de su saber…y todo sigue igual. Pero muy grave cuando muere un artista, porque nos deja huérfanos de buena humanidad, aunque queda el recuerdo perenne de todo lo que hizo para engrandecer nuestros sueños. (Eso sucede con la muerte de Jorge Taveras, quien hizo todo lo posible para que en cada nota la música siempre nos diera placer y alegría). 

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Ramón Colombo

Ramón Colombo

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

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